La Fundación Guillermo Toriello ante la muerte de Monseñor Rodolfo Quezada Toruño se solidariza con la comunidad de guatemaltecos y guatemaltecas que vienen haciendo un generoso esfuerzo en la construcción firme de la paz en nuestro país desde distintas perspectivas y convicciones.

Independientemente de su gran trayectoria como líder y jerarca religioso, Monseñor Quezada Toruño durante casi una década trabajó con un tesón admirable, por un lado en crear condiciones para llegar a la desactivación de la guerra interna y, por otro lado y simultáneamente, generando contenidos, diálogos, relaciones para que los cimientos de la paz fueran sólidos e indestructibles, e incluyeran las aspiraciones, reivindicaciones y derechos de los guatemaltecos excluidos.

Lamentablemente no tuvo las condiciones, ni se le brindó la oportunidad, de estar en primera línea después del 1996 ya firmada la paz, cuando se generaron los mecanismos políticos e institucionales para el cumplimiento de los Acuerdos de Paz. ¡Qué útil hubiera sido su amplia, critica y desinteresada visión en esta fase
para una mejor implementación de los compromisos adquiridos!

Hoy, cuando aquel proceso se agrieta y desmorona; cuando desde el poder autoritario se dan portazos a la memoria cerrando los Archivos de la Paz que esclarecen la verdad, allanan el camino de la justicia y de la reconciliación, su memoria nos activa y compromete a seguir construyendo los cimientos de la paz.

Fundación Guillermo Toriello

Guatemala, 5 de junio del 2012