En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas es necesario llamar la atención a los poderes e instituciones del Estado de Guatemala sobre la obligación que tienen de conocer, asumir y honrar seriamente los compromisos incluidos en el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, pues no son compromisos discrecionales, o una opción más; son un mandato de grandes implicaciones para la vida de país
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas
En el Día Internacional de los Pueblos Indígenas es necesario llamar la atención a los poderes e instituciones del Estado de Guatemala sobre la obligación que tienen de conocer, asumir y honrar seriamente los compromisos incluidos en el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, pues no son compromisos discrecionales, o una opción más; son un mandato de grandes implicaciones para la vida de país. También es necesario reiterarles que el cumplimiento de los Acuerdos de Paz solamente pueden darse por exitosos cuando formen parte de las políticas públicas y de las políticas de Estado y además hayan alcanzado su efecto transformador.
Después de más de 20 años de haber firmado un Acuerdo tan fundamental para los Pueblos Indígenas de Guatemala, y ser reconocido por otros Pueblos Indígenas del continente, no es permisible que siga evaluado como el Acuerdo menos cumplido, como lo dejó claramente establecido la Misión de las Naciones Unidas. Eso refleja la falta de voluntad, la discriminación y el racismo incrustado en las élites del país que impregna a partir de las mismas a la sociedad guatemalteca.
Entre los compromisos de Estado hay algunos que este día, y todos los días de los diferentes calendarios, hay que recordar, incluir en la agenda y extraer su fuerza vigente que es el derecho al acceso, uso y tenencia de la tierra y de los bienes naturales; el derecho de los Pueblos Indígenas a ser consultados, opinar y decidir sobre dichos bienes, así como la obligación de consultarles en todos aquellos aspectos de la vida colectiva que les afecta, como la organización, la espiritualidad, la cultura, sus normas, su cosmovisión. Las entidades del Estado no pueden decidir al margen y a espaldas de los Pueblos. Por muy numeroso que sea un grupo parlamentario, por mucho poder que tenga la jefatura del Estado y los equipos visibles o invisibles que le rodean en el ejecutivo, no pueden decidir el destino del agua, de la tierra, de los minerales, de las frecuencias radioeléctricas. Mucho menos legislar o convertir en mercancía en favor de grandes empresas estos derechos vitales que no les pertenecen.
Cualquier decisión sin la consulta y participación de los Pueblos Indígenas y sus comunidades será una imposición intolerable, que no ayuda a superar las lacerantes realidades humanas que señalan año con año los índices del desarrollo humano y que afectan especialmente a las mujeres indígenas.
Ante el hecho de no garantizar sus derechos colectivos irrenunciables, los Pueblos Indígenas de Guatemala se ven obligados a declarar, como lo hicieron en el IV Congresos de Pueblos éste no es nuestro Estado . De esto se deriva una conciencia colectiva y diversa que reclama la necesidad y urgencia de reformar profundamente, refundar la estructura de poder del Estado sin discriminación y en igualdad de derechos para todos los Pueblos asentados históricamente en el territorio de Guatemala.
Fundación Guillermo Toriello
Guatemala, 9 de agosto 2016
Día Internacional de los Pueblos Indígenas